Comentario Rima XV - Gustavo Adolfo Bécquer
Gustavo Adolfo
Bécquer - Rima XV:
Cendal
flotante de leve bruma,
rizada cinta de blanca espuma,
rumor sonoro
de arpa de oro,
beso del aura, onda de luz:
eso eres tú.
Tú, sombra aérea, que cuantas veces
voy a tocarte te desvaneces
¡como la llama, como el sonido,
como la niebla, como el gemido
del lago azul!
En mar sin playas onda sonante,
en el vacío cometa errante,
largo lamento
del ronco viento,
ansia perpetua de algo mejor,
¡eso soy yo!
Yo, que a tus ojos, en mi agonía,
los ojos vuelvo de noche y día;
yo, que incansable corro y demente
¡tras una sombra, tras la hija ardiente
de una visión!
rizada cinta de blanca espuma,
rumor sonoro
de arpa de oro,
beso del aura, onda de luz:
eso eres tú.
Tú, sombra aérea, que cuantas veces
voy a tocarte te desvaneces
¡como la llama, como el sonido,
como la niebla, como el gemido
del lago azul!
En mar sin playas onda sonante,
en el vacío cometa errante,
largo lamento
del ronco viento,
ansia perpetua de algo mejor,
¡eso soy yo!
Yo, que a tus ojos, en mi agonía,
los ojos vuelvo de noche y día;
yo, que incansable corro y demente
¡tras una sombra, tras la hija ardiente
de una visión!
El texto ante el que nos encontramos es un poema de cuatro
estrofas, con una combinación de seis, cinco, seis y cinco versos, con métrica
libre (aunque predominan los versos decasílabos, poco comunes en la poesía
española, con algo de importancia en el romanticismo) de rima consonante con
algunos versos sueltos (AAbbCc-DDEEc-FFeeGg-HHFFi) con encabalgamiento
simétrico en las dos primeras estrofas.
Su vocabulario es el representativo del movimiento y el
autor, con figuras como la niebla, los escenarios lúgubres y sombríos, el mar,
la noche,… los elementos naturales aparecen por todo el poema pero, en mi
opinión, destaca el campo semántico del agua (espuma, onda, lago, azul, mar, playa,…); también es interesante el
continuo de elementos que inconscientemente relacionamos con el mundo femenino
(cenal, cinta, beso, ojos, hija ardiente,…)
que inmediatamente nos hacen pensar que el individuo que persigue es una mujer
o algo que él personifica como tal, pero pasaremos a tratar el tema del poema
más adelante; destacan las continuas anáforas y antítesis ente palabras
relacionadas con lo etéreo <flotante
de leve bruma, espuma, rumor, aura, onda, luz, sombra, te desvaneces, sonido,
niebla, visión,…> frente a lo físico <cendal,
cinta, beso, tocarte, cometa, viento, ojos, corro,…> resaltando la
diferencia entre los dos individuos y sus planos y… otras cosas técnicas que
tampoco nos interesan.
Le he mostrado este poema a varias personas y todas me han
dicho lo mismo "Si… es el típico poema
de Bécquer ¿no?" ¡Ja! Pues para mi mente enferma no lo es(¡Que alguien
me dé medicinas!), paso, pues, a hablar del tema del poema y a mostraros porqué
me preocupa como funciona mi mente:
Es obvio que el yo poético se presenta como un elemento
tangible perdido en un contexto superior, y en oposición al otro personaje, que
es presentado como algo intangible, siendo él la antítesis tangible de todo lo
que representa “ella”. De este modo, podemos entender el concepto que trata de
transmitirnos el autor como una especie de persecución en la que él trata,
inútilmente, de alcanzarla y justo cuando va a tocarla esta se desvanece;
partiendo de este punto analicemos, pues, frase por frase.
En la primera oración se nos habla de un velo flotante de bruma, imagen que
podríamos relacionar con una mujer que se eleva en forma de aparición casi
divina, como un ángel o espíritu, pero continua llamándola <rizada cinta de blanca espuma> ¿una mujer relacionada con
una cinta? Bien, si forzásemos la figura… podríamos decir que esa cinta se
refiere a la ropa de la muchacha, que se pega a ella “como una segunda piel y
cuyos rizos serían las curvas del cuerpo de esta” y en la que la imagen de <blanca espuma> solo
correspondería al color de la tela. Los siguientes dos versos son con los que
tengo mayor problema ya que me parecen artificiosos, sin ningún contenido real
y con una rima desganada, pero dejando a un lado esto; dicen que la mujer es un
<rumor sonoro/ de un arpa de oro>
pudiendo, quizá, decir que “su voz es hermosa, como la de la música de un arpa
como esa” (si notas que te acaba de subir el azúcar en sangre te recomiendo que
pares a beber un vasito de agua). La siguiente imagen <beso del aura> insinuaría el hecho de que su sola presencia “calma
el alma de ese yo poético”; aunque, en mi opinión, ese ‘aura’ se refiere a una
acepción menos común de la palabra, ‘viento suave’, pero que explicaré más
adelante, al igual que el <onda de
luz> que también, creo, se refiere a otra acepción de ‘onda’, pero que,
en este sentido, podría relacionarse con las ondas del pelo rubio (como la luz)
de la mujer.
<Sombra aérea>
quizá insistiendo en esa imagen de “elevación” de la que hablaba anteriormente,
resulta extraño el término ‘sombra’ ¿reflejando, tal vez, la naturaleza
cambiante de la mujer? A mi sigue sin convencerme. Los siguientes versos
(omitiendo los que hablan de la acción de tocarla y desvanecerse) pueden
entenderse de dos maneras: como un inciso, que no tiene ningún impacto sobre la
narración, o como una serie de conceptos que el autor relaciona con ella; de
modo que <la llama> identificaría
tanto con la pasión como con la juventud, <el
sonido> por su parte a que las promesas y los juramentos se olvidan
fácilmente, <la niebla> puede
referirse simplemente a la niebla o a la “tristeza” que acompaña a la
separación o al rechazo y <el
gemido> al amor como tal.
Esta estrofa, para mi, cobra más sentido en comparación con
las anteriores, en la que él es el mar sin playa donde encontrarse con la
espuma que es ella, en la que él es una onda sonora y ella lo es de luz, en la
que él es vacío (relacionado con el concepto de insatisfacción que él mismo
dice que lo invade) y ella es aquello que lo completaría, en la que él es el
lamento del viento y ella el beso del aura, ella es luz y él es un cometa,…
Es curioso, el hipérbaton que encontramos en la última
estrofa <Yo, que a tus ojos, en mi
agonía,/los ojos vuelvo de noche y de día> que termina de humanizar al
personaje y darle corporeidad; girando sobre esta idea me recuerda a una
leyenda del mismo autor en la que el personaje persigue a una mujer todas las
noches sin llegar a alcanzarla, hasta que descubre que aquella mujer de la que
se ha enamorado no es más que un rayo
de luna y una mala jugada de su imaginación. Por esto mismo destaca el
hecho de que la última estrofa sea una exclamación, diferenciándola del resto
y convirtiéndola en el resumen de la
idea de que solo persigue una ilusión <la
hija ardiente de una visión>.
Podríamos resumir, entonces, que el autor trata el tema del
amor inalcanzable y el desdén de la amada, típico del romanticismo y en
herencia del petrarquismo, así como la figura de la donna angelicata y... Pero yo creo que el autor le da un nuevo
enfoque a esta idea y que todo el texto tiene un tinte irónico, no solo por las
rimas poco cuidadas, o, más que poco cuidadas, muy desgastadas, sino por la
insistencia afectada con la que habla de la intangibilidad de la mujer, de la
que no sabemos nada más que su género y ni siquiera lo sabemos con certeza;
girando sobre esta idea, del desconocimiento del elemento descrito, he tratado
de entender de qué objeto o persona se trata y analizando frase a frase me ha
parecido curioso el uso de ciertas palabras, a las que yo les atribuyo un
significado más literal:
<Cendal flotante de leve bruma,/ rizada cinta de blanca
espuma> refiriéndose a una figura flotante, blanca y translúcida como un
velo, de formas onduladas y acolchadas como la tela; <beso del aura> que,
como dije anteriormente, para mi tiene la acepción de “brisa suave” y <onda
de luz> podría referirse a la imagen de esta atrapando la luz del sol entre
sus formas.
<Sombra aérea> me parece el verso que respalda más mi
teoría y que, además se repite, dándole importancia al mismo y el hecho de que
se desvanezca, para mi representa las distintas formas que toma esta
(<llama> en el atardecer que solo dura unos instantes, <niebla> cuándo
se encuentra baja, <sonido> cuando hay vaho, <gemido del lago> los
vapores que se elevan de este,...).
Creo firmemente que todo el texto, y esta es solo mi
interpretación personal, es una alegoría en la que el yo poético, tan atraído
por lo inalcanzable y etéreo, cae en lo absurdo y se enamora de una nube.
…
Dije que era mi interpretación personal, dije que tenía
problemas, yo os lo advertí; pero desde que lo leí he estado en plan "Es una
nube… no Gustavo, no… no eme engañas. Es una nube," me gustaría saber qué
pensáis, por eso de no sentirme mal y tal.
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